
Cuidamos las viñas respetando en todo momento la herencia recibida de nuestros antepasados con sus costumbres labriegas pausadas, conservando el entorno de manera que siga permaneciendo en el tiempo este oficio. Vendimiamos a principios de octubre.
Nuestra bodega aporta frescura, donde maceran e inicia la fermentación de forma natural
los vinos que se alargará durante algo más de un mes.
La segunda fermentación será caprichosa, como el tiempo, nunca antes de primavera,
cuando la temperatura empieza a subir, como toca en ese tiempo.
Seguirán la crianza en barricas de roble francés y americano
para dormir en botella durante el tiempo óptimo para su consumo.